03 Sep El satélite UPMSat-2 ya está en órbita
El UPMSat-2, un microsatélite desarrollado por alumnos de la UPM, fue puesto finalmente ayer en órbita tras varios retrasos debido a diferentes causas. En el desarrollo de este satélite de carácter científico, y un buen ejemplo de colaboración entre la Universidad y la empresa privada, varias mujeres han tenido un papel decisivo.
El UPMSat-2 fue lanzado en la madrugada del miércoles al jueves desde la Guayana francesa a bordo del lanzador europeo Vega. Se trata de un microsatélite, que cumplirá una función de investigación tecnológica, que ha sido desarrollado íntegramente por alumnos de la UPM, de diversas escuelas.
El UPMSAt-2 es un microsatélite desarrollado íntegramente en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) por sus investigadores y estudiantes. Tras el lanzamiento ven culminada con éxito su primera fase, de carácter científico y educativo, comprendida por su diseño, integración y ensayos. “Alcanzar este hito supone una gran satisfacción para todos nosotros. Aunque algunos ya formamos parte de UPMSat-1, ver de nuevo cómo podemos poner la tecnología al servicio de la sociedad a través de un proyecto espacial es una sensación indescriptible. Además, el desarrollo de este satélite supone un aprendizaje de valor incalculable para los estudiantes implicados, algo de lo que estamos aún más orgullosos si cabe”, explica Ángel Sanz, director del Instituto de Microgravedad Ignacio Da Riva de la UPM (IDR-UPM), responsables de este proyecto espacial.
La directora de la ETSIAE, y directora financiera de Ellas Vuelan Alto, Cristina Cuerno, comenta al respecto del éxito de este lanzamiento que: «es un orgullo tremendo que un grupo de nuestros profesores, investigadores y alumnos hayan llevado a cabo un trabajo de tanta trascendencia, demostrando una enorme capacidad tecnológica e investigadora y aunando, además, la faceta docente”.
Algunas de las mujeres, con puestos de responsabilidad en el mismo, nos comentan cuál ha sido su aportación al proyecto y el reto que ha significado.
Elena Roibás, Profesora Ayudante Doctora y directora técnica de UPMSat-2
La directora técnica de UPMSat-2, Elena Roibás, explica a Ellas Vuelan Alto el significado de un proyecto de estas características: «El UPMSat-2 ha sido un gran reto para todos los miembros del proyecto por varios motivos. El primer lugar, se trata de demostrar la capacidad de un Instituto Universitario de diseñar, fabricar, integrar, ensayar, calificar y lanzar una plataforma espacial completa, algo que el Instituto ya consiguió en 1995 con el UPMSat-1, pero que esté adaptado a las tecnologías y lanzadores actuales. En segundo lugar, al desarrollarse íntegramente en la universidad, los recursos (humanos y técnicos) son limitados y ha supuesto un reto compatibilizar un proyecto de estas magnitudes con el resto de tareas y objetivos docentes que tenemos los profesores universitarios.»
Roibás destaca el papel de este proyecto como herramienta educativa de primer nivel: «porque ha permitido enfocar el aprendizaje de los estudiantes en aspectos aplicados, lo que se conoce como aprendizaje basado en proyectos. Además de profesores e investigadores, más de un centenar de alumnos han participado en todas la etapas del proyecto, desde la fase de diseño hasta los ensayos de calificación final del modelo de vuelo. Por ejemplo, los estudiantes del Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE) de la ETSIAE hasta la fecha, y muchos estudiantes de grado de diversas escuelas de la UPM han jugado un papel fundamental en los desarrollos y estudios que se han llevado a cabo durante los años de desarrollo del UPMSat-2.»
También destaca la importancia del programa como ejemplo de colaboración de la universidad con la empresa privada: «ha sido otra de las pieza clave para el desarrollo del UPMSat-2, no solo por aportar a la misión el carácter científico (el UPMSat-2 es una plataforma de demostración de tecnología en órbita), si no por su soporte y apoyo a lo largo de todo el proyecto. El UPMSat-2 lleva embarcados varios instrumentos para estudiar su viabilidad en futuras misiones espaciales, como un interruptor térmico miniaturizado fabricado por Iberespacio, un modelo de magnetómetro de altas prestaciones de Bartington Instruments, una rueda de reacción miniaturizada de SSBV, la electrónica embarcada fabricada por el grupo OESIA, entre otros. Englobar en una única misión las necesidades y particularidades de todos los equipos ha constituido un gran reto para todo el personal implicado. Además, diversas empresas (como Airbus, INTA) han proporcionado apoyo en forma de experiencia, instalaciones de ensayos, recursos, etc, aspectos que han sido clave para resolver muchos de los problemas que han ido surgiendo. Por todo ello, creo que el UPMSat-2 es un claro ejemplo de las ventajas de fomentar la colaboración entre la empresa y la Universidad, la primera mediante su apoyo a la investigación a nivel universitario, la segunda formando a los profesionales del futuro.»
«Respecto a mi experiencia personal, como responsable de dirigir los aspectos técnicos del proyecto, este trabajo ha supuesto un esfuerzo de grandes proporciones y una vía de aprendizaje continua muy enriquecedora tanto a nivel profesional como personal. -Comenta Elena Roibás- Creo que dar visibilidad a este tipo de proyectos e impulsarlos dentro de la universidad puede ayudar a la captación del talento joven y, en particular, a fomentar la inclusión de más niñas y mujeres en las disciplinas STEM. Este talento joven, además, beneficia la posición de la empresas y centros de investigación españoles en el panorama tecnológico internacional.»
Lilian Peinado, estudiante de doctorado, participante en el diseño y ensayos del sistema de control térmico del UPMSat-2
Una de las estudiantes participantes en el proyecto, Lilian Peinado, que cursa actualmente el doctorado, comenta dos aspectos que para ella han tenido especial repercusión en el proyecto. «Como estudiante -afirma- no he podido tener una mejor experiencia de aprendizaje, participando en el proyecto real de un satélite, ya que gran parte de lo aprendido ha sido con la experimentación e investigación, materializada en avance del proyecto, como diferentes análisis, ensayos, fabricación, integración, etc. Creo que esto es un privilegio que no todos los estudiantes pueden tener.»
«Como investigadora y profesional, poder ver cómo evoluciona el proyecto desde los inicios siendo parte activa, dentro de un entorno académico-investigador con un equipo de trabajo en constante colaboración, me ha ayudado tener una visión más global del proyecto. He podido ser más consciente de las interrelaciones entre sistemas evitando una “visión de túnel”, que puede ser habitual en proyectos de empresa que se descentralizan, ya que la práctica totalidad de nuestro proyecto se ha desarrollado en el entorno universitario y con un equipo de trabajo común. Estoy muy orgullosa de haber participado en este proyecto y quiero agradecer a todos los que me han dado la oportunidad de hacerlo y con los que he podido trabajar codo con codo, en especial a los compañeros del IDR«, continua explicando Peinado.
Esta experiencia de aprendizaje tiene mucho que ver con los retos técnicos a los que ha tenido que enfrentarse el equipo. Lilian destaca en este sentido el diseño y control térmico del satélite: «ha sido un desafío saber cómo se iban a comportar térmicamente en vacío equipos complejos y muy críticos como son la caja electrónica y la batería. Además diferentes materiales y acabados superficiales que se utilizan en el satélite, hemos tenido que caracterizarlos experimentalmente ya que no teníamos datos teóricos o de fabricante. Para avanzar en estos aspectos hemos tenido que idear desde cero, diferentes análisis, pruebas y ensayos.
Otro reto, destaca esta joven aspirante a doctora ha sido la electrónica del satélite, por su complejidad: » ha sido un reto modelizar térmicamente. Para la batería se han tomado soluciones térmicas especialmente diseñadas e integradas para este proyecto. Para el ensayo térmico en cámara de vacío del satélite, definir el entorno térmico y las diferentes fases no fue nada trivial, se tuvieron que fabricar estructuras soporte específicas para el ensayo, software diseñado exclusivamente para las pruebas y medidas a realizar, además de los protocolos a seguir, etc.»
Isabel Pérez Grande, catedrática, responsable del subsistema de control témico en UPMSat-2
Otra de las mujeres con alta responsabilidad en el proyecto, Isabel Pérez Grande, también ha comentado para Ellas Vuelan Alto su experiencia en el desarrollo del UPMSat-2. «La participación en un proyecto como el UPM Sat es una oportunidad única para, desde el entorno universitario, involucrar al alumnado en un proyecto proyecto real. Tuve la oportunidad de participar en el proyecto UPM Sat 1 como alumna y ahora en el proyecto UPM Sat 2 como profesora. Veinticinco años después, no me cabe duda de que esa experiencia marcó y orientó mi vida profesional«, afirma
«Actividades como ésta fomentan el trabajo en equipo, tanto de alumnos como de profesores y personal técnico, fomentan las relaciones entre grupos de distintas disciplinas complementarias en el caso de la tecnología espacial y fomentan las relaciones con la industria y las instituciones del sector, que participan de este modo en el proceso formativo de nuestros estudiantes, acercándolos a lo que será el entorno profesional. Es incuestionable y digno de mención el valor de la colaboración desinteresada de estas empresas y organismos sin los cuales no sería posible abordar este tipo de iniciativas. Es por todo ello que considero que, a pesar del enorme esfuerzo por parte de todos, se trata de un modelo de colaboración y un ejemplo a seguir.»
La culminación del proyecto, con una oportunidad de lanzamiento no fácil de conseguir, constituye una enorme satisfacción para todo el equipo, nos explica Isabel Pérez Grande, quien concluye: ¡Mis felicitaciones para todo el equipo!
Sorry, the comment form is closed at this time.