20 Mar OPINIÓN EVA. VOLAR ¿ES SEGURO?
Cada vez que hay un accidente aéreo nos sobrecoge y nos preguntamos: “Volar, ¿es seguro?”
Hay una probabilidad entre aproximadamente cuatro millones de fallecer en un accidente aéreo y si miramos a la Unión Europea, donde está comprobado que hay más seguridad que en otras partes del mundo, esta probabilidad se recude a una entre setenta millones.
En cambio la probabilidad de morir en un transporte terrestre es de una entre unos cientos de miles. Al año mueren unos pocos cientos de personas en accidente aéreo, superando rara vez el millar, en cambio según la OMS mueren unas 3.500 en accidentes de tráfico… pero al día, lo que hace que sean aproximadamente un millón doscientas mil personas al año.
Durante 2017 se realizaron 36,8 millones de vuelos comerciales por todo el mundo y 10 de ellos terminaron en un accidente fatal, según cifras que proporciona la Aviation Safety Network.
Los aviones disponen de un sistema de seguridad estudiado en detalle. Al arrancar los motores del avión cada día, se exige realizar una serie de protocolos de seguridad que implican a un equipo muy formado de técnicos y tripulantes:
-Antes de la puesta en marcha de los motores, pilotos y tripulación mantienen una reunión para hacer un repaso de todas las medidas de seguridad y los procedimientos preventivos en caso de que se presente una incidencia.
-La tripulación dispone de información exhaustiva de la ruta, y también de itinerarios alternativos por si se presentan problemas.
–El personal auxiliar realiza una revisión de los equipos de emergencia y también el comandante y el copiloto evalúan que el aparato se encuentre en buen estado y que no existan desperfectos. -Cualquier incidencia, por mínima que sea, deberá ser notificada y no se podrá arrancar el vuelo hasta que se solucione.
–Se revisa el exterior el avión (alas, luces…), el cierre correcto de puertas y el estado de los frenos.
– También se comprueba que no se hayan introducido aves en los motores, y que se mueven de forma correcta.
–El comandante comprueba el estado de la cabina el funcionamiento de los equipos y sistemas de seguridad (radio, avisos de colisión), que suelen estar instalados por triplicado, palancas, acelerador y pedales de freno que están duplicados para evitar problemas.
-En vuelo, el piloto automático funciona según los parámetros introducidos por la tripulación, pendiente en todo momento, de las incidencias del trayecto y de los problemas del itinerario, tales como montañas pronunciadas. (Los aviones disponen también de sistemas para hacer frente a cualquier y de sistemas para la prevención de colisiones, detectando aparatos cercanos.
–Cuando se detecta un incendio, se corta el suministro de queroseno y aceite y se activa el extintor.
–Las tormentas son detectadas con un sistema en el cuadro de mandos, que las califica por colores según su intensidad. Esto permite que el piloto reaccione.
Esto no es poco.
Los aviones comerciales pasan además varias ITV, una diaria antes del primer vuelo, cada 100 horas de vuelo, cada 600 horas de vuelo, cada 18 meses y la Gran Parada, cada cinco años o 30.000 horas de vuelo -periodos que pueden variar según el modelo de avión-.
Cada vez que hay un accidente aéreo hay una investigación exhaustiva. Se analiza hasta el último tornillo y remache y componente, el funcionamiento de cada sistema, los partes de mantenimiento, los registros del vuelo, las conversaciones realizadas, los movimientos de los pilotos, su formación y entrenamiento. Se sacan conclusiones y se emiten nuevas directrices para evitar que ese caso se repita. Esto tiene el efecto de que cada accidente refuerce aún más la seguridad de los siguientes vuelos.
En este sistema juegan un papel importantísimo las autoridades de investigación que buscan las causas de los accidentes y no los culpables. Estas autoridades emiten recomendaciones a todos los actores del sistema de aviación para que no vuelva a ocurrir un accidente de semejantes características.
Pero también están las autoridades de aviación, una en cada país que se unen a nivel regional y a nivel internacional en la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Cuya principal función es regular y supervisar que todos los intervinientes del sistema (fabricantes, aerolíneas, empresas, profesionales, etc) aplican los requisitos de seguridad.
El transporte aéreo es el más joven de la historia y el más seguro. Esto ha sido posible gracias al modelo de incorporación de las lecciones aprendidas en el sistema.
En el caso que hemos vivido recientemente del Boeing 737 MAX, después del fatídico accidente de octubre del año pasado en Indonesia, las autoridades emitieron inmediatamente una directiva de obligado cumplimiento.
Ahora la investigación tendrá que determinar qué pudo fallar en el accidente del pasado domingo en Etiopía. Por el momento, las autoridades europeas tomaron la decisión, el pasado martes, de parar este modelo de avión hasta conocer lo que realmente pudo fallar.
Una medida preventiva que da una idea del trabajo y determinación que hay en el sector de la aviación.
Si en el tráfico rodado se aplicara el mismo rigor que en el tráfico aéreo en cuanto a normas de seguridad procedimientos y legislaciones, también sería rarísimo que se hubiera algún accidente. ¿Por qué, entonces, nos da la sensación de que volar sigue siendo inseguro y cuando cogemos nuestro coche algunas veces no le prestamos la atención que realmente merece?
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